La pandemia por el covid llevó a repensar los espacios de trabajo.
Los cuarteles de los gigantes tecnológicos de Silicon Valley habían sido pioneros en el diseño de espacios de trabajo abiertos que promovieran la colaboración y zonas de esparcimiento que contribuyeran al bienestar de los trabajadores para mejorar su productividad. Sin embargo, en la situación de salud pública actual este concepto ya no es tan deseable y dificulta temas como el distanciamiento social, por lo que dichas empresas han tomado la determinación de enviar a sus colaboradores a teletrabajar por lo que resta del año.
En Colombia muchas compañías se encuentran en la misma situación. Mientras algunos descubren las bondades del teletrabajo, otros ven que para ellos no es una opción. Para Pablo Gaitán, gerente de arquitectura de Solinoff, las oficinas no solo deben convertirse en espacios seguros para trabajar, sino que pueden proveer áreas de socialización para que las personas se habitúen a las nuevas formas y vuelvan paulatinamente a la normalidad. “La idea es que los empleados puedan encontrar en las oficinas esos espacios para irse liberando, darles los servicios que por el momento no puede ofrecer la ciudad y ayudarlos a motivarse nuevamente para tener una vida relativamente normal”, afirma.
No es una preocupación superflua para muchos empleadores que sus colaboradores no encuentren el sentido a volver a las oficinas o que sufran síndromes como el de la cabaña, que consiste en síntomas de ansiedad en quienes rompen un periodo extenso de aislamiento.
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Por otra parte, la implementación de los protocolos de bioseguridad sí exige reformas o por lo menos repensar ciertos espacios y materiales usuales en las oficinas. Sin embargo, Gaitán asegura que tampoco se trata de pensar únicamente en el coronavirus.
“Esto no va a durar para siempre, entonces no vale la pena que todas las oficinas se piensen solo con el covid en mente, sino que hay que tener un diseño atemporal, algo que permita controlarlo, pero que cuando pase, la inversión siga funcionando. Obviamente se debe seguir fomentando el trabajo en equipo y las relaciones sociales, pero con los protocolos de seguridad”.
La propuesta de Solinoff es darles a las oficinas tres tipos de áreas de acuerdo al número de personas que puedan circular en ellas: una entrada más pública, una zona de trabajo en equipo y esparcimiento, y los lugares de trabajo que funcionan como espacio privado. “Otra opción es establecer un sentido de circulación muy claro para que la gente no se encuentre de frente, cosas de ese estilo que permitan que la oficina funcione normal”, explica Gaitán.
A estos espacios se le suman las necesidades de áreas de desinfección y las superficies fáciles de limpiar, además se puede pensar en el teletrabajo como una herramienta que facilite la distancia social sin necesidad de añadir metros cuadrados, sino con el uso de puestos de trabajo itinerantes y salas de reuniones más pequeñas que permitan a los equipos mantenerse conectados a la distancia. Como lo sugiere Mauricio Castaño, director de innovación de Arquint, la incorporación de la tecnología es clave, así como los conceptos de bienestar y sostenibilidad.