La tecnología nos hace soñar con un porvenir cercano a la ciencia ficción, sin embargo, los materiales de construcción del mañana ya están a nuestro alcance y su uso es urgente.
Cuando se piensa en el futuro, la ciencia ficción imagina autos voladores, robots y gadgets increíbles. Sin embargo, lo que se aconseja en el presente para asegurar el porvenir son soluciones que ya tienen años de estar entre nosotros, por ejemplo, la masificación de la bicicleta como medio de transporte cotidiano para evitar las emisiones nocivas a la atmósfera o la vuelta a las canastas de mercado de las abuelas, para disminuir los plásticos de un solo uso. En esa misma tónica, las líneas de investigación de la industria de la construcción están en la búsqueda de materiales más sostenibles, que permitan tener procesos eficientes, y se han encontrado con viejos conocidos.
Madera y guadua
El 99% de las materias primas que usa la industria de la construcción en Colombia no son renovables y poco a poco se está llegando al límite de los recursos. “El material predilecto de la industria local es el concreto, hecho de grava, arena y arcilla, entre otros. En el Valle de Aburrá se nos están agotando las arenas y las arcillas que tenemos ahora no son tan buenas como las antiguas, porque no tienen el mismo proceso geológico”, explica Alejandro Vásquez Hernández, profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Eafit. Para él, parte de la solución es recurrir a materiales no convencionales, pero que han probado su versatilidad y fuerza en diferentes momentos de la historia como la madera y la guadua.
Estos dos materiales se usan comúnmente para acabados, pero con el tratamiento adecuado pueden cumplir funciones estructurales, como lo ha demostrado el trabajo del arquitecto Simón Vélez. El uso más amplio de estos materiales renovables ayudaría a mitigar el problema que tiene la industria con los que no son de este tipo.
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Prefabricados
En varias partes del mundo, el uso de materiales prefabricados es más común. La implementación más amplia de los mismos en Colombia, según Vásquez, ayudaría con los problemas de eficiencia que se tienen. “Prefabricar porciones de la obra en plantas, donde la producción sea un poco más controlada, y llevarlas al sitio solamente para ensamblarlas permitiría aumentar la eficiencia y por tanto disminuir el uso de recursos. Aquí la tarea pendiente es explorar los materiales adecuados, pero también estrategias de buena modulación y coordinación de diseños”, afirma.
Un nuevo ciclo
Otra tarea es transformar el proceso lineal de producción en uno circular, reutilizando materias primas. No solo se puede pensar en los residuos de la construcción sino en los de otras industrias. “Hoy hay empresas que se dedican a la elaboración de prefabricados para la construcción, adoquines o bloques de concreto, que han sustituido sus agregados naturales en un 50% por escombros triturados. Las llantas trituradas se pueden usar para hacer asfaltos y los polímeros van a tener una gran incursión en la industria porque tiene una bajísima densidad”, cuenta Vásquez.
Los materiales y procesos del futuro están a la mano, sin embargo, la tarea pendiente es cambiar la percepción de estas innovaciones en todos los actores de la industria de la construcción, para que se puedan masificar, desde los profesionales hasta los consumidores.