Maqueta del estadio Ras Abu Aboud, ubicado en Doha, Catar.
Un estadio construido con 3.500 contenedores es el primer escenario deportivo desmontable de la historia. Se trata del estadio Ras Abu Aboud, una de las sedes para el mundial de fútbol que tendrá lugar en Catar, en 2022. La estructura tiene la capacidad de acoger hasta 40.000 espectadores y, una vez el mundo tenga un nuevo campeón, se desmantelará en un periodo de ocho meses para construir nuevos proyectos con los mismos materiales.
En esto consiste la arquitectura efímera o de carácter temporal. El doctor en ingeniería y arquitectura Alejandro Restrepo, explica que se trata de “espacios transformados con proyectos que desaparecen; generalmente se hacen para algunas actividades tan efímeras como la misma arquitectura y desde su concepción tienen un tiempo de funcionamiento definido”.
El estadio fue creado por el estudio español Fenwick Iribarren Architects. Con él buscan darle solución a un problema padecido por muchos países que han sido sede de importantes eventos: el abandono estatal a este tipo de estructuras. Por eso crearon un manual con diez opciones diferentes de construcciones que pueden realizarse con los contenedores.
Para Alejandro, el reto más grande es que “este tipo de construcciones permitan la reutilización de sus materiales, además de responder al uso y objetivo principal para el que fueron concebidas y que después de ese primer uso multipliquen las posibilidades de su utilidad”.
La elección de la materia prima es vital en el proceso de la arquitectura efímera: “las proporciones correctas y la coordinación adecuada de los materiales indicados harán que los espacios finalmente tengan más o menos vigencia”, complementa. Por ejemplo, para la Exposición Universal Hannover 2000, el pabellón suizo presentó de la mano del reconocido arquitecto Peter Zumthor un laberinto hecho de tablones de madera de pino sin tratar, que cuando finalizó la feria se utilizaron en la construcción de distintas obras.
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Alejandro Restrepo complementa que la esencia de la arquitectura es hacer felices a las personas, “hacerles sentir seguridad, sensación de cobijo, protección frente al exterior y generar una serie de sensaciones positivas que incentivan a la apropiación del espacio. Por eso es tan importante que estos materiales que se pueden reciclar le sigan prestando un servicio a la comunidad”.
Otra forma de extender la durabilidad de estas construcciones es por medio de la resignificación de los espacios, como es el caso de los pabellones que cada año se construyen para la Serpentine Gallery, en el Hyde Park, en Londres, donde le encargan a una firma de arquitectura el diseño de un pabellón que, al finalizar el verano, se desmonta.
Pabellón bajo el concepto de arquitectura efímera, construido en 2016 por el Bjarke Ingels Group (BIG) para la Serpentine Gallery, en Londres.
“Es un espacio que la gente sabe que es temporal; por eso y por el valor de las obras y los diseños se ha convertido en una visita obligada cada año, nadie se lo quiere perder. También es ejemplo de cómo un proyecto provisional puede volverse permanente”, explica Alejandro Restrepo. Estas construcciones, enmarcadas en el concepto de arquitectura efímera, son vendidas a otras galerías de distintas partes del mundo y se usan como centros culturales o puntos de encuentro. Algunas no se quedan en una sola ciudad e inician un recorrido con varias estaciones.
La arquitectura efímera también cumple una tarea clave desde lo social: permite la construcción de hospitales y albergues temporales, para brindarle a la comunidad soluciones inmediatas de refugio o abastecimiento.
La arquitectura efímera también cumple una tarea clave desde lo social: permite la construcción de hospitales y albergues temporales, para brindarle a la comunidad soluciones inmediatas de refugio o abastecimiento.
