La búsqueda de la armonía entre las propiedades del terreno y las necesidades de sus habitantes crea edificios de mayor confort y menor impacto ambiental.
Suelo, clima, sol y viento son las claves que definieron las formas de esta casa. Su orientación, materiales, dimensiones y vegetación responden al lugar como un eco y dan cuenta del objetivo último de la arquitectura bioclimática: crear edificios que fluyen con el entorno.
Las condiciones naturales del Oriente antioqueño plantearon el desafío de generar un espacio acogedor que fuera fresco en los días de sol intenso y cálido en las noches frías. El resultado es una casa que utiliza la energía solar a su favor, acumulándola y liberándola en función del momento del día y conservando la temperatura ideal para comodidad de la familia que la habita.
La comunidad Ideology la recorrió junto a Eduardo Múnera, arquitecto y propietario.